LA COCINA DE LA ESCRITURA
CASSANY
DANIEL (1996)
Cassany secuencia los
capítulos según las fases de escritura del texto. La cocina está
estructurada siguiendo los pasos que el autor nos indica para elaborar un
escrito. Por tanto, podemos dividir los dieciséis capítulos en tres bloques:
·
El primero (los primeros tres capítulos) corresponde a la
fase de preescritura, donde Cassany muestra los pasos previos a la composición
y redacción del texto: el concepto de legibilidad, el material adecuado o
formas para empezar el proceso de escritura.
·
El segundo bloque, que ocupa hasta el capítulo 15, se
encarga ya de la fase de escritura. Cassany sigue los pasos de la elaboración
de un escrito: desde la lluvia de ideas y mapas conceptuales, pasando por la
construcción de frases y párrafos, hasta la elección correcta de léxico, signos
de puntuación, imágenes, etc.
·
Por último, el capítulo 16 está dedicado a la revisión
del texto.
Cassany presenta
conceptos como
*legibilidad: grado de
facilidad con que se puede leer, comprender y memorizar un escrito, la
preferencia de un lenguaje que contribuya a una mayor legibilidad,
procesos de composición: lo que piensa, hace y
escribe un autor desde que se plantea escribir un texto hasta que acaba la
versión definitiva.
Enseguida se destaca el apartado de la
escritura.
Momento de empezar a
escribir:
1. Poner el escrito como respuesta a una circunstancia
concreta y por ello “explorar las circunstancias”
2. desarrollar un enunciado o mantener un diario personal.
3. Presenta mapas conceptuales, para
ordenar ideas y hacer esquemas. Se usan sustantivos, adjetivos y verbos, como
palabras clave.
4. Lluvia de ideas (concentrarse en el tema y apuntar todo lo que se te ocurre
en un papel sin tener en cuenta el orden o la gramática).
5. las técnicas del cubo, que estudia las seis caras posibles de un tema a partir
de seis puntos de vista diferentes, o la estrella, derivada de la fórmula
periodística de las noticias (quién, cómo, cuándo...).
6. Otras técnicas son desenmascarar las palabras clave (con alta carga
informativa), la escritura libre, acabar las frases como lo más importante
es..., o llevar siempre a mano un cuaderno y tomar notas de todo cuanto se te
ocurra.
Enseguida esta la fase de redacción se divide en tres apartados: uno
teórico, en el que destacan las faltas que solemos cometer y un truco (poner
título o resumir el tema de cada párrafo), y dos prácticos, con ejemplos
comentados y estropeados .
Enseguida esta la
construcción de la frase. se recomienda brevedad, las frases largas son más
dificiles de leer, capítulo resultan excesivos). Después se dedica a la
sintaxis de la frase y sus incisos y ofrece algunas indicaciones: limitar los
incisos, evitar lo irrelevante y unir las palabras relacionadas. Otras
cuestiones son la ordenación interna de la frase y la selección sintáctica
(algunas construcciones son más claras que otras). Más indicaciones a seguir:
no esconder a los protagonistas de las acciones mediante construcciones
impersonales, no abusar del estilo nominal, limitar los gerundios, evitar las
negaciones y buscar un estilo activo.
Al final, se enlistan las
incorrecciones.
·
Solecismos. Faltas contra la normativa de la lengua:
barbarismos léxicos, frases incoherentes, ausencia de concordancia...
o
Silepsis. Concordancia de significado pero no de forma.
o
Anacolut. Frases inacabadas o en las que la segundada
parte no acompaña a la primera.
o
Anantapodoton. Sólo se expone uno de los dos elementos
correlativos.
o
Zeugma. Adjetivo o verbo que concuerda con una palabra y
se refiere también a otra anterior.
o
Pleonasmo. Uso de más palabras de las necesarias para
expresar una idea.
Otros defectos son la
anfibología (ambigüedad), cacofonía, los tics personales...
Para completar una buena
fase de composición y redacción. se debe transformar en reglas para seleccionar
vocabulario:
·
No repetir.
·
Evitar muletillas y comodines.
·
Preferencia de palabras concretas, sencillas, cortas y
populares.
·
Evitar verbos predicativos.
·
Vigilar los adverbios en -mente. Vigilar los adverbios en
-mente.
·
Utilizar marcadores textuales., un cuadro completo
y útil de marcadores.
Enseguida
está dedicado a la cohesión textual. Está compuesto en su mayoría por ejemplos
y ejercicios y en la introducción se destaca la anáfora como elemento más
importante. El objetivo es evitar las repeticiones pero garantizando la
comprensión: “un ahorro excesivo provoca vacíos de significado y desconcierto,
pero la reiteración sistemática de las mismas palabras recarga la narración y
le quita vigor”.
Otro punto importantes son los signos de puntuación,
las funciones (estructurar el texto, delimitar la frase, remarcar ideas,...),
la jerarquía de los signos (los más importantes son el punto y seguido y la
coma), por último es la entonación.
Los recursos retóricos que destacan son:
·
Punto de vista. Adoptar el punto de vista del
lector.
·
Concreción. Los hechos concretos son más
comprensibles y atractivos.
·
Personalización. El tono personal es más
interesante.
·
Prosa coloreada: salidas de tono, cambios de ritmo,
humor, ironía,...
·
Decir y mostrar. Describir información desde una
óptica personal. Desplazar una información secundaria y autónoma del conjunto
·
Piezas. Desplazar una información secundaria y
autónoma del conjunto y presentarla como complemento del texto principal.
Otro capítulo habla de la imagen impresa: “buscar
el diseño más eficiente de la página blanca, buscar la manera más fácil de
presentar la imagen del texto a los ojos”.
Está dividido en tres apartados:
· Ojos e imágenes. Las páginas escritas son
como imágenes y la publicidad y el periodismo son los ámbitos que más han
desarrollado el “potencial comunicativo no verbal de la imagen impresa”.
· La imagen organizada. La imagen de la página
es la primera impresión y gracias a los programas informáticos disponemos de
muchas posibilidades, así que Cassany nos propone unas cuantas reglas para
organizar la página.
· Señales para leer. Podemos ayudar a leer al
lector mediante una serie de recursos que el autor distribuye en un cuadro
dividiéndolos en:
o Señales
de anticipación. Avisan de todo lo que habrá en el texto.
o Señales
de resumen. Recuerdan qué ha sido lo más importante.
o Señales
visuales. Resaltan fragmentos con medios no verbales.
o Señales
verbales. Apuntalan el desarrollo de la lectura con información lingüística.
Así, llegamos al tercer bloque
de la cocina, el último capítulo, la fase de revisión.
Cassny comienza diciendo que no está convencido de
dejar este capítulo a l final del libro porque quiere eliminar el prejuicio de
que la revisión sólo debe hacerse al final. A continuación nos explica la
diferencia entra la revisión de un experto y de un aprendiz (“en ningún otro
proceso de redacción se nota tanto la diferencia”) mediante una analogía con la
pintura: los aprendices dan una capa de pintura a la prosa, pero los experto
reconstruyen el texto desde sus fundamentos. Además adjunta un esquema en el
que establece las diferentes técnicas de los dos grupos.
De esta forma, viendo la forma de trabajar de los expertos,
nos damos cuenta de cuál es la revisión ideal. Antes de acabar afirma: “revisar
consiste en mucho más que una técnica o una supervisión final del texto:
implica una actitud determinada de la escritura y una manera de trabajar. Y,
finalmente, nos propone una lista de preguntas para revisar y tener en cuenta
todos los aspectos del texto, ya trabajados a lo largo de la cocina:
enfoque del escrito, ideas e información, estructura, párrafos,
frases,palabras, puntuación, nivel de formalidad, recursos retóricos y
presentación.
Por último Cassany nos ofrece en el cierre del
libro un decálogo de la redacción que recoge los consejos más importantes que
han ido surgiendo en el libro, que pueden resumirse así y en los que después
Cassany profundiza:
·
No tengas prisa.
·
Utiliza el papel como soporte.
·
Emborrona.
·
Piensa en tu audiencia.
·
Deja la gramática para el final.
·
Fíjate en los párrafos.
·
Repasa la prosa frase por frase.
·
Ayuda al lector a leer.
·
Deja reposar tu escrito.
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