jueves, 18 de abril de 2013

La cocina de la escritura


LA COCINA DE LA ESCRITURA
CASSANY DANIEL (1996)
Cassany secuencia los capítulos según las fases de escritura del texto. La cocina está estructurada siguiendo los pasos que el autor nos indica para elaborar un escrito. Por tanto, podemos dividir los dieciséis capítulos en tres bloques:
·         El primero (los primeros tres capítulos) corresponde a la fase de preescritura, donde Cassany muestra los pasos previos a la composición y redacción del texto: el concepto de legibilidad, el material adecuado o formas para empezar el proceso de escritura.
·         El segundo bloque, que ocupa hasta el capítulo 15, se encarga ya de la fase de escritura. Cassany sigue los pasos de la elaboración de un escrito: desde la lluvia de ideas y mapas conceptuales, pasando por la construcción de frases y párrafos, hasta la elección correcta de léxico, signos de puntuación, imágenes, etc.
·         Por último, el capítulo 16 está dedicado a la revisión del texto.
Cassany presenta conceptos  como
*legibilidad: grado de facilidad con que se puede leer, comprender y memorizar un escrito, la preferencia de un lenguaje que contribuya a una mayor legibilidad,
 procesos de composición: lo que piensa, hace y escribe un autor desde que se plantea escribir un texto hasta que acaba la versión definitiva.
 Enseguida se destaca el apartado de la escritura.
Momento de empezar a escribir:
1.     Poner  el escrito como respuesta a una circunstancia concreta y por ello “explorar las circunstancias”
2.    desarrollar un enunciado o mantener un diario personal.
3.    Presenta  mapas conceptuales, para ordenar ideas y hacer esquemas. Se usan sustantivos, adjetivos y verbos, como palabras clave.
4.    Lluvia de ideas (concentrarse en el tema y apuntar todo lo que se te ocurre en un papel sin tener en cuenta el orden o la gramática).
5.    las técnicas del cubo, que estudia las seis caras posibles de un tema a partir de seis puntos de vista diferentes, o la estrella, derivada de la fórmula periodística de las noticias (quién, cómo, cuándo...).
6.    Otras técnicas son desenmascarar las palabras clave (con alta carga informativa), la escritura libre, acabar las frases como lo más importante es..., o llevar siempre a mano un cuaderno y tomar notas de todo cuanto se te ocurra.
Enseguida esta la fase de redacción se divide en tres apartados: uno teórico, en el que destacan las faltas que solemos cometer y un truco (poner título o resumir el tema de cada párrafo), y dos prácticos, con ejemplos comentados y estropeados .
Enseguida esta la construcción de la frase. se recomienda brevedad, las frases largas son más dificiles de leer, capítulo resultan excesivos). Después se dedica a la sintaxis de la frase y sus incisos y ofrece algunas indicaciones: limitar los incisos, evitar lo irrelevante y unir las palabras relacionadas. Otras cuestiones son la ordenación interna de la frase y la selección sintáctica (algunas construcciones son más claras que otras). Más indicaciones a seguir: no esconder a los protagonistas de las acciones mediante construcciones impersonales, no abusar del estilo nominal, limitar los gerundios, evitar las negaciones y buscar un estilo activo.
Al final, se enlistan las  incorrecciones.
·         Solecismos. Faltas contra la normativa de la lengua: barbarismos léxicos, frases incoherentes, ausencia de concordancia...
o    Silepsis. Concordancia de significado pero no de forma.
o    Anacolut. Frases inacabadas o en las que la segundada parte no acompaña a la primera.
o    Anantapodoton. Sólo se expone uno de los dos elementos correlativos.
o    Zeugma. Adjetivo o verbo que concuerda con una palabra y se refiere también a otra anterior.
o    Pleonasmo. Uso de más palabras de las necesarias para expresar una idea.
Otros defectos son la anfibología (ambigüedad), cacofonía, los tics personales...
Para completar una buena fase de composición y redacción. se debe  transformar en reglas para seleccionar vocabulario:
·         No repetir.
·         Evitar muletillas y comodines.
·         Preferencia de palabras concretas, sencillas, cortas y populares.
·         Evitar verbos predicativos.
·         Vigilar los adverbios en -mente. Vigilar los adverbios en -mente.
·         Utilizar marcadores textuales., un cuadro completo y útil de marcadores.
Enseguida está dedicado a la cohesión textual. Está compuesto en su mayoría por ejemplos y ejercicios y en la introducción se destaca la anáfora como elemento más importante. El objetivo es evitar las repeticiones pero garantizando la comprensión: “un ahorro excesivo provoca vacíos de significado y desconcierto, pero la reiteración sistemática de las mismas palabras recarga la narración y le quita vigor”.
Otro punto importantes son los signos de puntuación, las funciones (estructurar el texto, delimitar la frase, remarcar ideas,...), la jerarquía de los signos (los más importantes son el punto y seguido y la coma), por último es la  entonación.
Los recursos retóricos que destacan son:
·         Punto de vista. Adoptar el punto de vista del lector.
·         Concreción. Los hechos concretos son más comprensibles y atractivos.
·         Personalización. El tono personal es más interesante.
·         Prosa coloreada: salidas de tono, cambios de ritmo, humor, ironía,...
·         Decir y mostrar. Describir información desde una óptica personal. Desplazar una información secundaria y autónoma del conjunto
·         Piezas. Desplazar una información secundaria y autónoma del conjunto y presentarla como complemento del texto principal.
Otro capítulo habla de la imagen impresa: “buscar el diseño más eficiente de la página blanca, buscar la manera más fácil de presentar la imagen del texto a los ojos”.
Está dividido en tres apartados:
·  Ojos e imágenes. Las páginas escritas son como imágenes y la publicidad y el periodismo son los ámbitos que más han desarrollado el “potencial comunicativo no verbal de la imagen impresa”.
·  La imagen organizada. La imagen de la página es la primera impresión y gracias a los programas informáticos disponemos de muchas posibilidades, así que Cassany nos propone unas cuantas reglas para organizar la página.
·  Señales para leer. Podemos ayudar a leer al lector mediante una serie de recursos que el autor distribuye en un cuadro dividiéndolos en:
o    Señales de anticipación. Avisan de todo lo que habrá en el texto.
o    Señales de resumen. Recuerdan qué ha sido lo más importante.
o    Señales visuales. Resaltan fragmentos con medios no verbales.
o    Señales verbales. Apuntalan el desarrollo de la lectura con información lingüística.
Así, llegamos al tercer bloque de la cocina, el último capítulo, la fase de revisión.
Cassny comienza diciendo que no está convencido de dejar este capítulo a l final del libro porque quiere eliminar el prejuicio de que la revisión sólo debe hacerse al final. A continuación nos explica la diferencia entra la revisión de un experto y de un aprendiz (“en ningún otro proceso de redacción se nota tanto la diferencia”) mediante una analogía con la pintura: los aprendices dan una capa de pintura a la prosa, pero los experto reconstruyen el texto desde sus fundamentos. Además adjunta un esquema en el que establece las diferentes técnicas de los dos grupos.
De esta forma, viendo la forma de trabajar de los expertos, nos damos cuenta de cuál es la revisión ideal. Antes de acabar afirma: “revisar consiste en mucho más que una técnica o una supervisión final del texto: implica una actitud determinada de la escritura y una manera de trabajar. Y, finalmente, nos propone una lista de preguntas para revisar y tener en cuenta todos los aspectos del texto, ya trabajados a lo largo de la cocina: enfoque del escrito, ideas e información, estructura, párrafos, frases,palabras, puntuación, nivel de formalidad, recursos retóricos y presentación.
Por último Cassany nos ofrece en el cierre del libro un decálogo de la redacción que recoge los consejos más importantes que han ido surgiendo en el libro, que pueden resumirse así y en los que después Cassany profundiza:
·         No tengas prisa.
·         Utiliza el papel como soporte.
·         Emborrona.
·         Piensa en tu audiencia.
·         Deja la gramática para el final.
·         Fíjate en los párrafos.
·         Repasa la prosa frase por frase.
·         Ayuda al lector a leer.
·         Deja reposar tu escrito.

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