UN CUENTO
ZORRILLITO Y
PUERCOESPÍN
Cerca de un bosque muy frondoso vivían el
zorrillito Elías y Eliud el puercoespín con su familia.
Un día muy caluroso se pusieron a jugar
con lodo, haciendo pasteles, luego jugaron a la trai…
Estaban tan contentos corriendo en el
bosque que no se dieron cuenta de lo lejos que estaban; de pronto observaron
dos caminos y no sabían cómo regresar a sus casas.
¡Estaban perdidos! Y ya empezaba a
anochecer.
Como habían llegado hasta el pie de una
montaña… buscaron una cueva para refugiarse y juntaron ramitas para prender
lumbre.
El cielo se nubló y pronto empezó a
llover.
En la cueva hacía un agradable calorcillo
y los dos amigos se sintieron confiados de que los encontrarían.
En casa de zorrillito, su familia estaba
muy preocupada y fueron a preguntar a los papás de puercoespín. Pero ellos
también estaban angustiados por su hijo.
Pronto se organizaron para salir a
buscarlos en grupos. Llevaban lámparas,
sogas, botiquín y alimentos…
“Zorrillito Elíiass… zorrillito”, gritaban
primero y luego “puerquiito Eliuddd… puerquiiito”, asi buscando llevaban ya más
de tres horas y cerca de la montaña vieron una pequeña lucecita a lo lejos en una cueva
Cuando llegaron entraron con cuidado y…
¡allí estaban los dos amigos! Dormidos y acurrucaditos a un ladito de la
fogata.
Despertaron y ¡con gran alegría! Se
abrazaron de sus padres y les contaron que allí en la cueva había cerillos y
leña seca… y como estaba lloviendo ya no se habían movido para otro lugar.
Todos se pusieron muy contentos cuando
prometieron no volver a alejarse mientras jugaran.
A otro día por la tarde hubo fiesta en la
comunidad y todos se divirtieron mucho.
HADA QUETZALIDA
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