ODA A LA ROSA

¡Oh! Hermosa flor

de pétalos divinos,

de colores brillantes

y aromas cantarinos.

¿Quién osa arrancarte de tu tallo?

No se da cuenta de tu dolor...

¿te arrancan como si no tuvieras valor,...

o te valoran más?

¡Oh! Rosa, la más hermosa...

tanto... que has llenado el campo,

las casas y hasta los altares...

con tu presencia primorosa.

¿Qué galán no ha regalado

rosas a su amada?  ó

¿Qué sepulcro no ha tenido...

tu presencia de bondad y paz?

Lo mismo estás en fiestas...

que en funerales...

y llenas el ambiente...

con tu fragancia.

¿Será por eso que no se tienta el alma,

quien te arranca de tu base,

y te envuelve con listones de colores...

para perfumar con tus olores?

Pero, oh, desgracia!

Sólo te vemos hermosa un día...

o dos tal vez.

Y te tiramos, al ver;

que tu fragante madurez...

se ha terminado.

¿Si no nos tentamos el corazón...

para arrancarte?

¿al menos lo haremos...

para tirarte?

Triste destino el tuyo...  hacer feliz

a la gente unas horas

y luego...

marchitarse y morir.

                                          Hadaquetzal