sábado, 4 de mayo de 2013

Educación pública, democracia y la pedagogía crítica revolucionaria.


La política juega un papel muy especial en el desarrollo de las naciones, si ésta fuera bien aplicada se beneficiarían todas las clases que existen en una población. Hoy podemos ver con claridad que el proselitismo se ejerce para obtener un alto índice de votos y para conseguirlo se pronuncian promesas y discursos de optimización de los recursos naturales del país ilusionando a toda la población, alimentando la esperanza de ver cristalizado el progreso de las familias. Lamentablemente ya en el ejercicio del poder la balanza se inclina hacia los que más tienen, porque les llegan apoyos financieros comenzando por burgueses y el proletariado –bien gracias a merced de los que se conduelen del dolor ajeno-  estos continúan padeciendo las repercusiones del mercado global, soportando las peores crisis (el alza de todos los servicios y productos básicos para la subsistencia) ahora bien, no se diga en cuestión educativa que por consiguiente baja la posibilidad de insertarse en la escuela que se desea.  Así que sobrevivir en este contexto ya es un lujo. “Por este motivo es fundamental que inventemos un mundo fuera de la lógica de la teoría capitalista del valor. Porque el capitalismo, para continuar generando ganancias como lo ha estado haciendo, se ha comparado a sí mismo con la democracia, lo que es una cortina de humo que está siendo más efectiva que un truco de un mago en las Vegas, porque tiene todo el sistema corporativo de los medios de comunicación a su servicio para seguir manteniendo esa ilusión. Y esto sucede igualmente cuando algunos de los presidentes de América Latina, o de otros países en desarrollo en el mundo que siguen las políticas  del capitalismo neoliberal dicen que sus países ya “van saliendo” de las  nos hundió hace un par de años”.[i]
Quienes han sido designados para ejercer la representación del poder se ciegan ante tal necesidad de la población y continúan enrolándose en las exigencias que los grupos dominantes  nivel mundial imponen. Desde una perspectiva crítica se estima que los dirigentes habían de hacer valer las ideas de su pueblo dejando de ser tan ostentosos con los salarios estrafalarios que se autoimponen los burgueses y apostando por la lucha contra la pobreza que se acelera en todos los espacios del mundo, haciendo una distribución más equitativa de la riqueza que se percibe dentro de la nación. Que si bien es cierto se vienen degradando todos los apoyos e incluso repercute de manera especial en la educación desde el momento en que todo lo público pierde credibilidad, la educación pública ha de ser defendida como un estandarte pues a través de ella las gentes pueden conceptualizar una visión de cambio.
“Para Dewey (1916), una sociedad democrática debe facilitar la participación de todos sus miembros en los bienes sociales en términos iguales”[ii]
Cada vez parece que resulta más problemático enfrentar los cambios que la globalización presupone a falta de iniciativas de parte de los que detentan,


[i] Educación pública, democracia y la pedagogía crítica revolucionaria. Luis Huerta-Charles, Peter McLaren. Pag. 16.
[ii] Educación pública, democracia y la pedagogía crítica revolucionaria. Luis Huerta-Charles, Peter McLaren. Pag. 9.

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